lunes, 21 de marzo de 2011

Grande como el Río....(Nazas)

(Escrito por Mireya Ortega de la Fuente, Torreón, Coah. 2006)
Este hermoso pensamiento nos los envio nuestra amiga Ana Magdalena Medina Juarez, sus abuelos son Nascenses, Jose Marcial Juarez Escobar y de la señora Isabel Arreola de Juarez, este poema que los escribio Mireya Ortega de la Fuente nos lo manda esperando que sea del agrado de todos los amigos de Nazas, Gracias Ana, saludos.

Qué sería de la marea si no se llevara nuestras penas? Pensé con semblante serio y titubeante frunciendo el ceño de mi cara, muchas veces decepcionada por la vida y las experiencias pasadas demasiado rápidas para asimilarlas.

Una vez más estaba sentada junto aquella roca aspirando de la vida todo lo hondo que pudiera como si del primer y travieso cigarro no puedo decir que de mi juventud… o mas bien de mi juventud tardía se tratase, deseaba aprovechar cada instante de ese momento, sabía que podría llevarse años contemplando al río porque allí no gobernaba más que el viento y aquellos corazones hundidos que con su latir hacían bailar las olas en compás, junto a la melodía más linda del cielo.

Sabía que mi vida no iba a ser fácil, pero con el río delante todo se simplificaba, sentí que podía andar sobre él y que lo coronaría mi príncipe eterno casi perfecto, sentía que en mis venas corría esa magia que sólo tienen los que se estremecen con mis letras sin decir nada, tú que miraste de cerca mis ojos deseosos de pasión, que abrió mi corazón en su máximo esplendor con sólo tu presencia.

Apretaba mis puños y me sentía grande, mi vida de poeta de manos vacías era el río Nazas cual largo y ancho como lo veía de niña, sólo pretendía dejar una huella aunque fuera minúscula en tu corazón que conocí tal cual a pesar de la neblina de la noche, los focos y la música de aquel lugar donde quizás hubiera soñado…

Poco tiempo me vieron por allí sólo a tu lado, desaparecimos entre sombras y multitudes... pero muchos nos vieron sonreír en busca de la felicidad, el río reposaba para entonces en calma bajo reflejo de la luna en confidente... cuida a ese niño, que es grande….

Me senté y lloré. Cuenta la leyenda que todo lo que cae en las aguas del Río Nazas, las hojas, los insectos, las plumas de las aves se transforma en las piedras que arrastra la corriente. Si pudiera arrancarme el corazón y tirarlo a su corriente créeme que lo haría, así no habría más dolor, ni nostalgia, ni recuerdos....

Me acuerdo de ese instante mágico... en el que un simple "si" o un "no" pueden cambiar toda nuestra existencia.....

(Escrito por Mireya Ortega de la Fuente, Torreón, Coah. 2006)

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